Los trastornos del aprendizaje son algunas de las causas más frecuentes de fracaso escolar. Son trastornos del neurodesarrollo que afectan entre 5% y 15% de los escolares. Estos niños y niñas con niveles normales de funcionamiento intelectual presentan déficits específicos que interfieren significativamente los aprendizajes de las  aptitudes académicas. Las dificultades para aprender son persistentes, a diferencia de las dificultades transitorias que pueden presentarse al inicio de determinados aprendizajes. El rendimiento académico está por debajo del nivel medio que se espera por edad y curso, o bien necesita un esfuerzo extraordinario o mucho refuerzo para mantenerlo.

Estos son los más importantes:

Trastorno de la lectura (Dislexia) cuando la lectura es imprecisa, lenta, con esfuerzo y producciones incorrectas de palabras. Esto comporta, aunque con excepciones, problemas en la comprensión de lo que se lee.

Trastorno de la expresión escrita cuando hay bastantes errores ortográficos y gramaticales, poca claridad en las ideas que se quieren expresar y falta de organización del texto.

Trastorno de dificultad matemática (Discalculia) cuando cuesta dominar el sentido numérico y las relaciones matemáticas, hay bastantes saltos o incorrecciones en el cálculo aritmético e importantes dificultades en el razonamiento matemático.

Trastorno del aprendizaje no verbal cuando hay afectación de la coordinación motora, de las capacidades visoespaciales y de las habilidades de comunicación social. Esto repercute en el grafismo, hay torpeza motriz, dificultades para organizar tareas en el papel y fallan los conceptos de tiempo. Los afectados a menudo son buenos conversadores, pero las dificultades en la comunicación no verbal, y probablemente también la poca habilidad para el ejercicio físico, pueden comportar déficits en la interacción con sus iguales.