Todos los trastornos psicóticos se manifiestan con algún grado de desconexión de la realidad de forma transitoria o permanente, parcial o completa. Los síntomas psicóticos propiamente dichos son los delirios y las alucinaciones (auditivas y visuales principalmente). Los pacientes psicóticos también suelen presentar trastornos del pensamiento, del estado de ánimo, desorientación en el tiempo y en el espacio, etc. Algunos incurren en comportamientos agresivos. Se trata de enfermedades graves o potencialmente graves. La mayor parte de los casos de psicosis se diagnostican como esquizofrenia o trastornos afines. Minoritariamente pueden formar parte de un trastorno bipolar, una depresión (psicótica) o un consumo abusivo de drogas. La adolescencia y los primeros años de juventud son las edades en que más a menudo e inician estos trastornos. Es importante tener presente que con frecuencia, antes de que se manifiesten claramente, el afectado puede pasar un tiempo, semanas o meses, con conducta desorganizada, conflictiva, irritable, con alteraciones del humor, pérdida de intereses y descenso de rendimientos. Son cambios que pueden anunciar la aparición de un trastorno psicótico, obligando a un diagnóstico correcto y a supervisar su evolución.